Amanece nublado.
No es de mi gusto,
pero te soñé,
y me embriagué
pensado en tus manos.
Pesadillas serían,
si soñaba con tu cara
y de fondo escuchaba...
te escuchaba.
Y no volví a sonreír
de nuevo,
porque sentí que no podía
seguir escuchandote
decir tantas palabras de amor
sin que logre llorar
de tanta mentira
en tu hablar.
Adiós, de nuevo.
Perdí la sonrisa
y a ti.
Perdí por correr de prisa.
Por tus mentiras,
perdí.