Brotó la flor de un suspiro, temblorosa y sin aliento, fue del viento un dulce intento, y del alma un desvarío.
Sus hojas de tenue frío, guardan sueños, ilusiones, promesas sin estaciones, que en otoños se perdieron, como sombras que nacieron
entre anhelos y decepciones.
Muchas veces anhelamos ser todo para la persona amada, pero ocurre que el amor escapa a los deseos, eso ha pasado a mi amigo Henry, Colombiano amante de vallenatos y cumbias, que ahora escucha a Julio Jaramillo y a Charlie Zaa, por una paloma que se aleja del nido.
Los anhelos y sueños no cumplidos son como estrellas lejanas que titilan en la inmensidad de nuestra alma, recordando promesas de lo que pudo ser.