Javier Julián Enríquez

Amor eterno

Mas no es vano el amor que en vida ardió,

en las sombras, su llama no se apaga,

pues aún tras la muerte su fulgor vio,

y en los versos del alma se propaga;

 

emerge en cada estrella, en cada río,

susurra en las hojas con dulzura,

es testigo de un sentimiento pío,

que en la distancia halla su ternura.

 

Y aunque el tiempo intente así borrarlo,

perdura con la fuerza de su esencia,

como un lazo que no puede cortarlo;

 

el amor, en su mágica presencia,

se niega a la muerte resignarlo,

es eterno, sublime en su ausencia.