Al cabo del día,
en la hondura abisal
de las ciénagas tenebrosas
con las que la noche asedia
mi desvelo,
en el paraninfo, lóbrego y borroso,
que con precaución transito,
escribo mi diario
con tintas diferentes.
Con tinta roja describo,
en el papiro arcano,
palidos momentos autografiados
con el pincel mojado
en mis lágrimas,
vertidas,
en silenciosos y sufridos atardeceres,
entre huecos abriertos
por amores terminados.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO