Con los años se aprende
que personas que pudieran amarte,
te lastiman e hieren.
Al final es mejor perdonarlas
y quizás, intentar olvidarlas.
Se aprende
que, puede aliviarse el alma
con decir una frase: ¡lo siento!
Que es preciso siempre luchar
aún la lucha, parezca en vano.
¡Intentando ganar se aprende!
Con los años se aprende
que aceptar una y otra derrota
es vagar por senderos oscuros.
Que albergar un dolor en el alma,
que solo nos premie de ausencia,
en lo oscuro nos deja y nos cega.
Que no es solo olvidar el pasado,
deshacer el dolor, la agonía...
Pues amando y dejándose amar,
jamás se ha hecho tarde la vida.
Que el error puede sea de humanos,
pero puede ser mucho mayor,
no admitir que nos equivocamos.
Falso orgullo que preña de agravio
y que pesa después con los años.
Aprendemos a amar el silencio
devolverle con dulce sonrisa.
Fiel espejo de la mente y el alma
que me hace quererme a mí misma...
Y hoy segura de mí, te lo digo:
¡Con los años, verdad que se aprende!
Poetisa antillana Emitza Santana 🇨🇺