A pasado mucho tiempo, el cuerpo ha cambiado, las canas, la experiencia, hablan por sí solo; pero lo que no cambia son esos recuerdos, el sentimiento interior de amistad y confraternidad con aquellos que se distanciaron por algún motivo con el pasar del tiempo, compañeros de colegio, de infancia, niños que lo único que sabían era jugar y reírse; ahora cada uno tiene su propia vida, llena de historias, de recuerdos, ya sean vagos o profundos; lo bonito de todo, es que al final existe el reencuentro donde los recuerdos pasan a ser muy bonitas historias llenas de anécdotas y risas. Me siento muy feliz de haber podido ubicar una parte de la infancia dejada atrás, por factores que no es necesario explicar, gracias a la aparición de las redes sociales.