¿Mi última poesía?
¡Qué ganas de quedarme!
No soy yo quien decide
pero por cierto pienso
que lo he pasado bien,
a pesar que mi cuerpo
traidor, así me pague
los asiduos cuidados
que siempre le otorgué.
Le di buen alimento
a él cuanto a mi alma
y me fuí acostumbrando
a no ver ya tan bien
Cierto, sufro el desierto
cada día más yerto
de amigos que se fueron
sin decirme por qué.
Pero gané la dicha
de ver a mis bisnietos
compartiendo sus juegos
sin notar mi vejez.
Puede ser que esta sea
mi última poesía…
¡Quien sabe! Hay quien cree
Que se vuelve otra vez