Ese primer amor con aroma a violetas,
de manos temblorosas, de sonrisas abiertas
que llenaba cuadernos con versos y flores secas
descubriendo caricias sobre la piel tan fresca.
En la proximidad de una boca inexperta,
aprendiendo a besar a veces con torpeza,
aquel cálido aliento con sabor a cereza
descubriendo el rocío de una flor entreabierta.
Magia de aquellos sueños tan bellos y lejanos
de paseos en el parque tomados de la mano
y miradas discretas, de mensajes ocultos
de citar los amigos, solo para estar juntos.
En silencio profundo, soñandor a distancia
despertando deseos y que será mañana
de romper prohibiciones y planes para siempre
sin saber que el destino nos cambia de repente.
Luchando a entendernos en diferente idioma
tú en absoluto inglés, yo español a toda hora
pero el amor allana toda dificultad
y en idioma perfecto nos hizo dialogar.
Amor que te quedaste sentado en aquel banco
entre tiza y cuadernos, corazones en blanco,
alma que aún reconoce el ruido de tus pasos
y el sabor a cerezas que guardaban tus labios.