EL QUETZAL EN VUELO

ELLA ES UN ÓLEO INÉDITO DE DA VINCI

Ella es rebelde como el pelo crespo del otoño, impetuosa como una ola enfurecida de su mar

Tranquilizante como un vino tinto en la tarde cuando escucho a Nicola de Bari, se acomoda a mi como mis viejas pantuflas, que me llevan al lugar de mi alcoba, donde dejo mis sueños cada noche. Es como el viento suave que empuja mis velas por ese mar profundo, abierta y tranquil.

 

Tiene su forma de ser; una mezcla de Simone de Beauvoir, con trazos de Matilde Urrutia y su cuerpo de Milo y afrodita, con el ímpetu de una Eva, rebelándose contra el prejuicio de todos los tiempos en medio de un infierno ardiendo de pureza y un cielo abriendo sus puertas al placer mundano del suave navegar de unas manos por el océano de tu piel que me impulsa a ti.

 

Tu suave olor a madrugada, a canela y clavo, como salida de una novela de Jorge Amado, hueles a sal y mar, a ron y tabaco a recuerdo mojado de nostalgia, a tierra mojada sobre el suelo nicaragüense, a ese aliento jadeante de los dioses, que revive en cada palabra que dices y escribes, cuando el hastío toma tu pensamiento y quiere llevarte al consumo de algún recuerdo.

 

Eres la bohemia que mi noche quiere abrir, mi guitarra tocar y la lluvia presenciar. Quiero beber tus lagrimas rodando por tu mejía como ríos por esa piel petricor, donde hace muchas canciones que no cae un beso y resbala a tu pecho agitando tu respiración de ida y vuelta como febril gota traviesa de sudor con olor a eretismo, que va sembrando ilusión en cada poro de tu piel sedienta

 

Ella es esa parte de mi vivir, que borra mi dolor con su poesía, alivia mis nostalgias, remienda mis alas y me lanza a la conquista de universos, de letras, de sueños de tiempo que antaño fueron suyos y los puso en mis labios, como beso, como olas de un mar embravecido que se desparramo en mis sabanas, buscando aquel sueño suspendido que buscamos al caer la noche.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO