Anne Sarabande

𝑽𝒆𝒍𝒐𝒓𝒊𝒐

Cuando leas estas palabras,
este poema habrá muerto.
Quién sabe si ya también agoniza tu idealización hacia mi.
Intenta no cerrar el ataúd de tus sentimientos tan pronto,
todavía mi corazón no descansa en paz,
de esta enfermedad llamada:
vos.