Eres un río sereno bajo cielos grises,
un susurro de invierno que cala en el alma,
y en tu tristeza encuentro belleza,
como quien ve estrellas en la lluvia.
Tus ojos, profundos,
guardan mundos que no has dicho,
poemas que jamás serán escritos,
y sueños que duermen bajo la niebla.
No temo a tus sombras,
las abrazo como un hogar,
porque en ellas florecen verdades
que otros no saben mirar.
En cada suspiro tuyo
hay un eco que me llama,
una música suave, melancólica,
que solo mi corazón entiende.
Y aunque el mundo no sepa amarte
como yo amo tus silencios,
aquí estoy, en la orilla de tu tristeza,
esperando ser tu sol en el ocaso.