Hétela, con su deriva,
la gerontocida loca
hablando otra vez por boca
de ganso, ese MAR que priva.
Y héteme, con mi manía
de ponerlo todo en verso,
sabiendo que lo perverso
del asunto no varía
con la forma de contarlo
y que, si en verso se expresa,
no se hace por agravarlo.
Perversa, en sí, es la pareja
de IDA, la titeresa,
y del MAR, que la maneja.
© Xabier Abando, 23/01/2025