Quizás en tu desnudez
advertí el placer de haberla provocado
en ese instante, me sentí tan deseado
que vi en tus labios su ansiada lividez.
Quisiera contemplarte así,
tomarte con pasión y delicada calma,
vivir esa ilusión con frenesí,
besarte dulcemente con el alma.
Sentir tu cuerpo a suspiros,
beber de ese éxtasis, lujuria y miel,
gozar del erótico deseo de rozar tu piel
escuchando la carencia en tus latidos.
Al besar tus pechos tibios,
provocar un estallido de placer
que consiga hacerte estremecer
al unirse tus labios con los míos.
Me declaro adicto a tus gemidos,
a la forma de rodear mi cuello y abrazarme
a mi, nadie me va a prohibir el entregarme
en la consciencia de todos mis sentidos.
Classman