Vuelvo de esos lugares que he perdido,
ocultos en mi mente,
laberintos a los que nunca he ido,
y sin embargo me llaman de repente.
Están hechos de pequeños sueños,
algunos son muy bellos,
fabricaciones de un carácter abstracto,
pero con algo de sentido romántico.
Regreso a esta realidad de quimera
donde el cielo rosado,
y el caballo alado,
son apariciones de un día cualquiera.