En la cara le hizo el corte
al pegarle con la bota
y por ello, fue a la Corte,
donde el juez la prueba bota.
Y la víctima lo mira
con sus ojos como en llama
y teniéndolo en la mira
con enojo al juez lo llama
y pregunta: —¿cuánto cobra?,
mostrando mucho su cólera.
Usted muerde como cobra
—¡Qué Dios lo mate del cólera!
Y aquel juez casi lo mata
con el filo de una lima
muy cerquita de una mata
cuyo fruto es una lima.
Y se terminó aquel duelo
porque se interpuso el cura
y por suerte no hubo duelo
porque el mal con bien se cura.
La injusticia es como lava
que te quema hasta la cerca;
la justicia nunca lava
porque nunca llega cerca.