Tu mano tocó el féretro
de mis versos difuntos
los cuales tanto amaba
por ser nobles y puros.
Del sueño despertaron
y como huestes van rumbo
de paso hacia la luz
dejando el estro oscuro.
Hoy son nuevas criaturas
siendo diestros por zurdos
llevando la verdad
por espada y escudo.
Ríen de los que dicen
haber sembrado mucho
y de los que se jactan
por dar un dulce jugo.
¡Oh versos revividos
oh versos concienzudos,
lumbrera de renglones
y cocción para el crudo!
No den tregua al que viene
presumiendo de culto
y no brinda el mensaje
que necesita el mundo.
A aquél que menosprecia
y odia con disimulo
predíquenle el amor
que derriba los muros.
W.M