Edsan el poeta

109- “DETRÁS DE UN TE AMO\"

 

 


Mi alma se funde en el cosmos,
en cada verso, en cada palabra que expreso,
de lo profundo de mis pensamientos...
un eco profundo y sereno en el alma,
que recorre la galaxia como el viento.


Un reflejo de luz en tu mirada,
el amor que siempre encuentra su camino,
donde el alma se abraza al destino,
y la esperanza nunca se apaga.


Las estrellas susurran tu nombre,
la luna danza en mi corazón,
y cada palabra, cada suspiro,
es un eco del amor que siento,
tan bello, tan puro.


Un reflejo de luz en tu mirada,
el amor que siempre encuentra su camino,
donde el alma se abraza al destino,
y la esperanza nunca se apaga.


Y así, entre las sombras del tiempo,
tus ojos son mi destino,
en tu mirada, mi universo,
y en tu voz, mi refugio divino...


Las estrellas susurran tu nombre,
la luna danza en mi corazón,
y cada palabra, cada suspiro,
es un eco del amor que siento,
tan bello, tan puro.

 

 

 

En tu mirada se esconde el sol,
un destello que al alma da calor,
como luna que en la noche se posa,
y en su brillo, mi ser se reposa.

 

Tus ojos, un mar de infinita calma,
donde se funden mi mente y mi alma,
cada parpadeo, un eco lejano,
que en su fulgor se convierte en llano.

 

En tu mirada, mi mundo se enciende,
y el tiempo, sereno, en susurros muere,
todo lo dicho en tu visión se calla,
y en el silencio mi amor se halla.

 

Cuando tus ojos, al mío se hallan,
el universo en su giro se apaga,
y solo quedamos tú y yo, un suspiro,
un reflejo eterno que no tira.

 

En tu mirada encuentro el camino,
donde mi ser se pierde y se encuentra,
en cada centella, en cada destello,
el amor florece en tu dulce sueño.

 

 

 

En el susurro suave de la noche callada,
resuena una voz, melodía encantada,
como un río de luz que atraviesa el alma,
bajo el manto sereno de la luna en la noche cálida.


Ecos del amor, suaves como el viento,
se alzan al cielo en un eterno movimiento.

En el rincón del corazón se enciende una llama,
un latido profundo, un anhelo que inmortaliza.


El amor es un eco que se pierde en el tiempo,
y cada suspiro es un cálido fundamento para el enamorado.

En cada abrazo, un refugio, un sereno latir,
un amor eterno que nunca dejará de existir.

 

Bajo la sombra de un árbol silente,
el amor florece, dulce y presente.

Se siente en la brisa que acaricia la piel,
en la promesa de un amor fiel.


Ecos de un amor que nunca se olvida,
espejos de alma que iluminan la vida.

En cada estrella que se alza brillante,
el amor susurra un canto vibrante.


Se escucha en las olas que besan la orilla,
en las huellas dejadas por la maravilla.

Ecos que atraviesan el corazón y la mente,
amor eterno, presente, siempre latente.

 

En el aire flotan palabras no dichas,
mensajes que el alma nunca abandona ni quita.

El amor no tiene fin, ni tiempo ni medida,
se extiende sin límites, se hace vida.


Ecos del amor, misterio profundo, y en su voz, se renueva el mundo.

Ecos del amor, susurro divino, que late en el pecho como un destino.

 

Y cuando el alma se sienta perdida,
escuchará el eco de la vida.

En cada rincón, en cada esperanza,
resuena el amor, la eterna danza.

 

El amor no muere, nunca se apaga,
es la llama que al alma embriaga.


Y en su eco profundo, puro y divino,
se hallará la verdad, el único camino,

en su dulce abrazo, el fin de todo fracaso.

 

 


El amor no es una estafa,
cuando es real, el alma abraza.
Y llena de esperanza en el mundo cruel que ataca,
todo es calma, sin amenaza.

Lo que en mis palabras te quiero expresar,
es que en tus ojos veo mi hogar, mi lugar.
Solo sé que este amor entre tú y yo es sabio,
porque me curas las heridas al entregarme tu cariño.

Al entregarte mi corazón,
siento que no me hace falta la felicidad.
Eres todo lo que necesito,
en ti encuentro mi paz, mi libertad.


Lo que en mis palabras te quiero expresar,
es que en tus ojos veo mi hogar, mi lugar.
Solo sé que este amor entre tú y yo es sabio,
porque me curas las heridas al entregarme tu cariño.


Y aunque el tiempo pase y todo cambie,
sé que este amor no morirá.
Porque en tu alma encuentro mi razón,
y en tu risa, la eternidad.

Lo que en mis palabras te quiero expresar,
es que en tus ojos veo mi hogar, mi lugar.
Solo sé que este amor entre tú y yo es sabio,
porque me curas las heridas al entregarme tu cariño.
Porque al entregarme tu amor, ya no hay nada que me falte.

 

En cada suspiro, el alma se alza,
como el viento que acaricia la flor,
y en su viaje, al llegar el amor,
un misterio de luz en ella danza.

La luna observa, con su mirada distante,
los sueños que brotan de un corazón,
tejidos con hilos de pura canción,
el eco de la vida que nunca se desarma.

La gloria se encuentra en la paz del ser,
como un río que fluye en su verdad,
y el sol que alumbra nuestra eternidad.

El amor es el canto del amanecer,
donde el alma se funde en su fulgor,
y en su luz resplandece el verdadero ardor.

En el viento, el alma vuela hacia el sol,
donde la gloria es eterna.
El amor nos guía, luz que destella,
hacia el cielo, donde la paz gobierna.

Somos polvo de estrellas, somos notas de canción,
en el abrazo del amor sin fin.
Nuestros corazones laten en un solo son,
y el universo canta en su confín.

Bajo la sombra de un sueño callado,
el alma se esconde, pero se alza luego.
En cada suspiro, la luz se ha abrazado,
y la luna nos guía, su danza no cesa.

Un susurro de amor entre las estrellas,
que se eleva en un canto de pura verdad.
Almas unidas, como notas tan bellas,
tejiendo en su canto la eternidad.