En mi rincón de sombra y luz dorada
donde mi voz no teme su verdad
forjé con sueños mi morada alada
un mundo solo mío, sin vanidad.
No hay llave ni cerrojo en mi horizonte,
mas solo entra quien sabe comprender,
que en cada muro alzado hay un monte,
donde mi esencia busca proceder.
Mis pensamientos son mi fortaleza,
no se comercia aquello que es real,
mi piel es mapa de mi nobleza,
y el que la toque ha de sentir su mal.
No es oro ni tesoro mi tesoro,
ni ley ni dueño pueden decidir,
pues lo que soy, lo que en mi ser atesoro,
es solo mío y no ha de dividir.
Así defendiendo mi verdad callada,
mi espacio intacto, mi rincón en flor,
pues nadie toma mi alma reservada,
sin mi permiso, sin mi propio amor.
JUSTO ALDÚ/Derechos reservados
enero 2025