Mujer, latido de aurora temprana,
surco de viento en la piel del día,
vas enhebrando con manos de sabia
los hilos sutiles de la alegría.
Y aunque la bruma intente callarte,
floreces fuerte como la marea,
porque en tus ojos caben los cielos
y en tu silencio, la luna entera.
Te haces palabra cuando el mundo calla,
luz que se enciende sin pedir permiso,
y en cada paso, dejas estelas
de amor, de lucha, de eterno hechizo.
Mujer, esencia de todas las cosas,
prisma infinito de amaneceres,
sigue danzando entre mariposas,
sigue soñando porque así tú eres.