Andiuz

Juego de palabras

 

 

La conocí en un simposium. Fue como un flechazo.

Me intrigó. Dije “tengo que conocerla”

Y caminé con ella en mi mente, durante horas...

Me había sorprendido su belleza, su acústica, su erotismo...

La perseguí y pensé que conocerla me cultivaría,

había algo de esoterismo en sus formas, cuando menos insinuantes...

Estaba cautivado por completo: sugerente, atractiva, exótica...

Debía conquistar su corazón...

Debía conseguir el mensaje de su alma...

Y pensaba en ella, y disfrutaba, y escudriñába sus sentimientos...

Y su desnudez era un enigma, un reto criptográfico,

un deseo anhelado, una interpretación de formas...

Había pasado ante mí con seguridad, con firmeza, con tesón...

La líbido del conocimiento se exaltó.

Me dejé llevar y la fui persiguiendo por las calles

y abrí la puerta de su templo y me entregó todo su aroma.

Eran acepciones distintas de una danza

que querían palpitar en los discursos

y destacar en las atalayas de las alocuciones.

Yo, que ya estaba rendido desde el primer momento,

fui jugando con ella y nos fuimos familiarizando...

Anidó en mi corazón, sería parte de mi repertorio,

soñaría con ella y ella sería parte de mi expresión.

¿ Sabes cuál es el nombre cuyo cuerpo así me sedujo ?

-- Una palabra,  la palabra... caránganos.