En medio de este ruido que me agobia constantemente, ahí estás TÚ.
Eres mi cazador incansable. Ese que acechando esta, tomando de provecho cualquier espacio tan flaco y tan delgado como el filo de un cabello.
Cuando más agobiada y abrumada estoy, más me acechas y suavemente susurras en mi oído, penetrando con esa pequeña vocecilla
Llenando de inspiración todo mi ser.
No sé cómo le haces que surges de la nada, y las letras fluyen por mi mente, Y casi sin darles alcance las aprisiono, las plasmo sobre cualquier pedazo de papel, pues de no ser así pronto se esfumarán en la nada.
No hace falta la quietud total, ni el breve espacio del silencio.
No hace falta la calma, ni el sociego de un rincón lleno de paz.
No hace falta la penumbra de un encogido callejón de sueños.
Simplemente:
Llegas cuando menos te preciso
Llegas cuando menos te invoco
Llegas como siempre, sin pedir permiso ni pasaporte para llegar a mí
Llegas con tu sutil canto, picoteando la puerta de mi jaula, cual si fuera un ave buscando a su amada.
Llegas sin querer ser notado, y al mismo tiempo anuncias tu llegada.
Ven divina inspiración y lléname de ti, busca esa pequeña rendijilla por donde habrás de colarte.
Eres el todo y eres el nada.
Eres el dislumbre en medio de la oscuridad,
Simplemente eres el que eres.