ninfadora
SUPREMO PLACER
Eres fuego de pasión,
Luz de sol, volcán en erupción
Cuando tomas mi cuerpo desinhibido,
Femenino y sudante,
Que sabes es de tus antojos.
Tan cerca una del otro,
Dos seres jugando a la manera de la seducción,
Buscando debajo de la ropa,
La piel y la vida.
Descubrimos nuestra esencia y otras cosas,
Más profundas menos ajenas,
Donde extasiarnos plenos,
Y saborearnos completos.
Adivinas lo que quiero y me complaces,
Acertó lo que buscas y te deleito,
Y sentimos a conjunto el alma inquieta,
Que se vuelve loca en el calor de este placer,
Pasamos el día en la ruta de la mutua devoción,
Estando pegados y asidos los dos,
Mezclando el cuerpo y el sexo,
En abravecida marejada de sudor agridulce y benevolente.
Tus manos, tus dedos marcan mi piel,
Al compas en que mi cuerpo se hierve contigo,
Tu brazo, tu fuerza me domina entera
Mientras mi ser y mis besos a ti se entregan,
Me sigues al compas, de mi pelvis
Cuando vuela sola al ritmo de tus caderas,
Sacudiendo mis adentros en violenta lujuria,
Mientras te poseo todo mío paso a paso.
Y en este majestuoso elixir de las cadencias,
Puedo ver brillar en tus ojos mil estrellas,
En la oscuridad que secreta nos cobija,
Quedando el ser con olor a fresca hierva.
Y quedamos sumergidos en amores,
Con el alma bella y desnuda,
Con la lozana verdad en los labios,
En que nos hemos bebido en sabores y olores,
Conjurando la magia de lo excitante,
Regocijados en el fuego del orgasmo abrazador,
Con las ganas de abrazarnos perfectos,
En exquisita plenitud y sin ropas.
Nos hemos conocido aquello que tanto escondemos,
Somos abiertos a nuestras voluntades,
Tu para hacer conmigo eso que siempre has soñado,
Y yo para vivirte fuerte y viril.
Nos dimos el gusto de hacer realidad las tímidas ideas,
Ya todo fue descrito en el tapiz del cuerpo desnudo,
Firmado por el orgasmo más sublime y divino,
Cuando nos hemos dado el gozo de ser,
Uno en la alianza del cobre y el oro
Del deleite supremo.