Cuando se enceguece mi pluma,
me despojo de manos,
cuelgo mis ojos, en el horizonte.
Y me muerdo los labios.
En el horizonte veo letras,
y en las palabras vida.
y aunque tengo tantas dudas,
no quiero despertar de este sueño
de locura.
Y al bajar las palabras blancas,
Que encandilan mi mente,
mis manos recobran vida,
y ya saben;
lo que tienen que hacer…