En el principio, antes de que los hombres pudieran concebir siquiera la noción de espacio y tiempo, solo existía vacío. Una inmensidad insondable para cualquier mente mortal. En aquel entonces, no existía forma, ni sustancia. Las leyes que rigen como bases del universo no existían, era un estado de silencioso y eterno espacio sin final.
Nadie conoce el origen de su poder. Lo poco que se vislumbra es apenas una pequeña sombra de conocimiento prohibido: el vacío a existido desde antes de cualquier principio concebido por los seres humanos, y va más allá de la cordura misma. Es una condición primordial, que rige antes de todo, la matriz de todo lo que fue, y será.
De esta nada avasallante, surgió todo lo que hoy existe. Pero, aunque muchos piensan que es una simple carencia de materia, lo cierto es que, es una potencia terrible, una vasta oscuridad capaz de preñar horrores que tú limitada razón no podría comprender. De el vacío, el universo fue forjado, pero no sin un costo. Del vacío hemos surgido, y al vacío volveremos en nuestros últimos días, cuando el ciclo incomprensible llegue a su fin, y el terror de la infinita nada, consuma toda una vez más.