Diavoluz

Changó

 Changó dueño del hacha de rayos y nos multiplica la furia de vivir, que muerde los fantasmas de los días rotos.

Changó dueñode los rayos . Vivo para Ti , Guerrero que no se cansa del olor a tabaco, del aguardiente feroz bailarin que va tocando, los cueros que cantan a OLOFI.

En las pupilas de Changó muere la sombra.

La vida siempre nace de la luz sin horizonte que se pierde en la selva.

Es el camino de Changò que nos empuja a bullir corriendo por el monte, en el instante que meditan las lechuzas y los perros alucinados ladran en las noches.

Entonces, hay candilejas en las ceibas y las venas de las palmas son espumas de  fuego.

Changó Alafi de Oyó Dueño del fuego y  está, bailando en su casa de secretos; adivino, borrascoso, pobre, rico; dueño dela rumba y hombre abandonado, que grita en el viento herido de la poesía.

Changó es un corazón de árbol que nació taciturno y varonil en la hora de todos los tiempos y no morirá frente al tambor.

Es el amante de la estrella con traje de dolor y polvo; Rey del Mundo y de muchas otras cosas que están más allá de los insomnios, de los barracones, de los besos y de la pena de los pájaros.

Changó es el Sol , el rayo en movimiento después del caos que se abre y pare el fuego .

Es el romántico del mundo. La bohemia, que a veces sabe a ruina, pero que alumbra inconforme con nuevas energías galácticas cuando los locos adivinan.

Changó se llama la imaginación oculta y estrangulada por los cañaverales que están escritos con fuego en mi memoria.

Hoy veo su collar sin fin, su música que aún no conocemos, su nervio de follaje: Es lo que quiere vivir en la batalla, es lo que no le importa el tiempo y nace.