Ricardo Castillo C.

SI PUDIERA FABRICAR EL TIEMPO

Si tuviera el poder de crear el tiempo,

tejería días con hilos de sueños y sentimientos.

Sería un artesano del instante perfecto,

modelando cada hora con amor eterno.

 

Haría el tiempo tan cambiante como el corazón,

que vive entre suspiros, deseos y pasión.

Crearía mañanas donde renacen las flores,

y noches que guardan secretos de viejos amores.

 

Inventaría vientos suaves que pronuncien tu nombre,

y tempestades que arrasen con todo lo que no corresponde.

Un noviembre dulce con brisas de ternura,

que alejen las sombras y me devuelvan tu dulzura.

 

En enero vestiría al alba con joyas de escarcha,

castillos de hielo que reflejen la magia.

Y bajo el sol radiante de un día helado,

abriría mis manos para tocar lo soñado.

 

Haría lluvias intensas al llegar marzo,

para correr contigo bajo su suave abrazo.

Nos refugiaríamos donde el mundo no alcanza,

y sentiría el aroma de la lluvia sobre tu fragancia.

 

En mayo, el mes perfecto, no cambiaría nada,

porque en su esencia todo florece, todo se calma.

Dejaría que la luna llena ilumine los suspiros,

y que los enamorados se fundan sin testigos.

 

Prolongaría los arcoíris con colores infinitos,

y haría tormentas con rayos más vivos.

Inventaría una nevada en pleno verano,

para que el fuego en tus ojos derrita mi pasado.

 

En una noche fuera del tiempo y el espacio,

me perdería en tu mirada sin dejar rastro.

La aurora boreal sería solo un reflejo distante,

de tu belleza, mi amor, siempre deslumbrante.

 

Si pudiera fabricar el tiempo, lo haría eterno,

un instante donde tu amor sea mi universo.

Porque tú eres el milagro más puro de la creación,

y en tu presencia encuentro mi redención.

 

Dejaría el resto del mundo en su prisa y su ruido,

y me quedaría contigo, en un amor sin olvido.