Los Ojos Altivos
Del Insufrible Astro que Padece
Caen en el Brillo
Que tu Ser Toca.
En la Luz Aciaga
De la Apretada Roca.
En la Mutada Substracción que Delira
Los Vaivenes de un Lago en Pena.
En la Oscura y Vana Luna
Que Distante Muda e Indaga,
El Extraño Mundo
Orbe Inasible que se Cuece
En el Polvo Disperso
Mancillado por Espacios y Tiempos
Y que Sin Morir, Muere.
Oscuras Hiedras, Simientes Rojas
Caen en el Agujero Negro del Vacío
Llorando en un Patio Colorado,
Gimiendo su Nostalgia Vieja,
Lágrimas Compungidas Caen
Entre los Mármoles Vencidos
Entre los Umbrales Sesgados
De sus Ventanales Cerrados
Entre las Ciegas Palabras
Que Ya sin Hálito
Sin Morir, Mueren.
(Patricia)