Porque cada día te tornas como la esperanza que claman nuestras desesperadas almas, como el eterno y perverso descanso que necesitamos, manchándonos de sangre el rostro, nos devoramos perpetuamente en el sacrilegio del que nunca perdona
Porque pude ver el odio en sus ojos, envueltos en las llamas ardientes del pecado, clamando por salvación, en el paraíso caído, con quienes debemos estar, es a donde debemos ir, porque al mirarnos no nos reconocemos, y en el espejo solo queda nuestro recuerdo
Porque dañamos a quienes amábamos, porque silenciamos a quienes quisieron ayudarnos, porque matamos a quien su amor nos dio en nuestro momento mas necesitado, arrancamos el amor que palpitaba en nuestras almas
Porque por tu rostro cayeron lágrimas, que ya sin sentimientos recorren los callejones profundos de mi alma, gritando desesperado, quieres una respuesta al porque de tu dolor, deseando arrancarte los ojos, ante la perversión que nos inundó
Porque al parecer no hay limites en los perversos deseos que nos impulsan a arrancarnos la carne entre nosotros, porque preferimos ahogarnos en alcohol antes que, en redención, quizá en el infierno, allí donde la redención ya no alcance, encontraremos nuestra paz.