Glorioso el canto del mañana
en la garganta del amor;
gloriosa el alba en que los pueblos
te reconocen, oh mi Dios.
Porque hoy es tiempo de alabanza
y adoración universal;
santifiquemos este día
más que otro día para amar.
Que ha amanecido en nuestros labios
una inspirada voluntad
para exaltarte, oh Rey del cielo,
alzando un coro colosal.
Dándote gloria despertamos
a este fulgente alborecer,
donde lo santo de tu voz
continuará al anochecer.
Glorioso el canto del mañana
en la garganta del amor;
gloriosa el alba en que los pueblos
te reconocen, oh mi Dios.