Llueve la tarde sus propios lloros
grises y negros los cielos visten
y una canción de notas rotas
va golpeando el corazón.
Surge en la tarde bello poema
-arcoíris único entre lluvias-
que sosiega los sentidos dormidos
y alborota el paisaje en colores.
Los ángeles niños caen desde el cielo
en el paseo obligado del poeta,
para adornar su calle de sueños,
sin pentagramas, sin notas…
sin estrofas, sin versos…
donde bella luzca su melodía.