Dime, madre mía, ¿por qué existe el odio?
—No lo sé, pequeño, ¡es todo un embrollo!
¿Por qué, cuando miro, no hay niños sonriendo?
—Es sólo que el viento se llevó sus sueños.
Dime, madre mía, ¿por qué algunos lloran?
—Quizás porque viven cosas dolorosas.
¿Por qué en esa esquina duerme una familia?
—Porque la injusticia se llevó sus vidas.
Dime, madre mía, ¿qué es la injusticia?
—Es cuando unos pocos sienten la alegría.
¿Por qué los juguetes son sólo de pocos?
—Por tantas razones que hoy yo no menciono.
Dime, madre mía, ¿por qué hacen las bombas?
—Porque los cobardes ¡su ira desbocan!
¿Por qué son tan malos, si somos hermanos?
—Porque ellos no saben lo que es un abrazo.