Siempre pensando en ti, te recuerdo como antes
hermoso rostro de niño, tu risa el más bello
canto que jamás escuche…
Cabellos cobrizos al aire, el olor a violetas
envolviendo a los dos, ojos azules pedacitos
de mar.
En las tardes de invierno, mirar caer la lluvia desde la ventana
imaginando nieve, compartir dulces, juegos, abrazos…
Desde entonces el roce de tus manos estremecía mi ser
aún el viejo roble espera en nuestro patio
y tu nombre y mi nombre grabados en su piel
tengo en mi mente ese día, se ha hecho enorme la huella
solo eso creció.
Días dormidos lentos vacíos, noches desveladas
nuestra amistad más fuerte cada día, amistad…no lo sé
en verdad no lo sé, no quiero retenerte,
pasará el tiempo, entonces tal vez sabrás cuánto soñé
aquí, así será, quizás fue solo un sueño.
Un día estaremos tan próximos, que mi pecho punzara tu camisa
partiendo en dos el corazón.
Nuestros labios dibujaran una dulce sonrisa, un te quiero
después sabremos en realidad cuanto aguardó el corazón.