D. Méndez

¿Qué pasó en ese cuarto de hotel?

¿Qué pasó en ese cuarto de hotel,

donde los labios ardían como llamas?

La pasión, que llenaba cada rincón,

se quebró en gritos, se hundió en el llanto.

 

Las sábanas, testigos de caricias,

se tiñeron con el eco de reproches.

Las paredes, mudas, guardaron

el peso del amor que se despedía.

 

Allí quedó el silencio,

cómplice de la ruptura,

y un amor que,

entre lágrimas,

se desmoronó en

la oscuridad.