Y se sube al sistema:
se compra una notebook, un blackberry,
abre un facebook y también un tweeter
es internauta y lee clarín, mira tn, y se cree todo.
Ve a tinelli y se aburre mucho con encuentro.
Critica a cristina, y a daniel. Y de paso, no hace nada y obviamente
le molestan mucho los piquetes y los cortes.
Y consume. Va al psicólogo, hace teatro, y tiene un plasma de 32’
Y como está impuesto y es casi un deber, luego, es feliz.
Es y tiene.
La vida en las vidrieras y en la tv, en las fundas, las etiquetas y en las pantallas.
Tiene visa, tiene pre y pos paga.
Es totalmente urbano. Cuando ve a un excluido, mira sin ver y se olvida.
Incluye en su discurso frases en inglés, y ama lo novedoso.
Traga y digiere el arte, el cine, y los libros que le venden,
los diarios que lo forman…
Y vuelve –obviamente – a ser feliz,
porque ignora, rotundamente,
la zanahoria que tiene delante .
¡Como el burro aquel!
Alejandro Abate. 2010