En sueños nace el ansia de virtudes,
un fuego puro anhela dar su luz,
mas yace en sombras, preso en la quietud,
temiendo siempre a propias actitudes.
La mente sabe el paso que se elude,
el corazón susurra su inquietud;
mas entre el querer y la rectitud,
el alma tiembla, duda y no se acude.
¡Oh, débil voz que anhela la bonanza,
no temas más la senda del deber!
La fuerza vive en actos, no esperanza.
Y aquel que lucha firme por vencer,
transforma en hecho el bien que solo alcanza
quien deja de temer y empieza a ser.
Cusco 28.01.2025