En silencio mantengo mi secreto que se oye a voces.
A veces disimulo lo que guardo, pero se nota demasiado.
A nadie le cuento mis verdades y mis mentiras, pero se lo saben.
Es difícil caminar por la vida en cuquillas sin hacer ruido.
Siempre he temido que la naturaleza de mi silencio alguna vez explote.
Nunca digo nada, ni grito, ni río a carcajadas con la boca abierta.
No hace falta buscar culpables cuando no puedo remediar mi propio error.
A veces me tengo compasión y me río de mí mismo por lo desgraciado que soy.
La suerte no es mi amiga, es por ello que se burla de mí y se aleja deprisa.
Me quejo por las noches bajo mi techo de cartón, sumido en insomnio de reproches.
El amor, el dolor, la decepción me ganaron en un juego de cartas de póker.
Mi corazón guarda una herida, mi cabeza una mentira y mi vida una agonía.
La realidad parece fantasía; que para protegerme, vivo en un castillo de arena.