Un recuerdo muerde, lastimando el alma.
Otro, con caricias nos hace soñar.
Como las palabras que, a mansalva hieren
y otras que, al leerlas, nos pueden sanar.
Está la timidez, sin tiempo de nada
usurpando al ser, dando oscuridad.
Sin pedir permiso, nos inhibe el logro...
¡Duro martirizo que nos deja atrás!
Impone la vida ciertas pruebas duras
y a veces pensamos no ver el final
pudiendo buscar en otras hendiduras
donde nuestros ojos puedan alcanzar.
Fracasar, nos deja exhaustos, vacíos.
Si no lo agotamos, quedamos atrás.
Hay que liberar todos los sentidos
y sin ataduras, volverlo a intentar.
Nunca permitamos que, al descuido queden
blindadas las puertas de fiel corazón.
Así, cual la vida, nos las deja abiertas
hay que darse el tiempo de volver a amar.
Descifrar la clave, la razón se impone
cuando la conciencia renovando está.
No digamos, no; puede ser la hora...
¡Cualquier tiempo es bueno para comenzar!
🇨🇺
Poetisa antillana Emitza Santana