Cabello en espiral,
ojos en cuadrícula,
labios partidos por la mitad,
orejas elefantinas, llenas de vergüenza y dolor…
nariz torcida, sin aliento ni vapor…
Estándar perfecto para una sociedad insoportable e insatisfecha…
Los chicos la miran, se asombran,
se sonrojan, se excitan y se burlan…
Es lampiña y rariña,
no toma ni estorba,
humilde e irreversible…
“Cúralo, cura, es inocente…” ruega la madre, piensa que nació maldita…
Su inocencia me conmueve,
su inteligencia se promueve
en masas aniquiladoras,
con la gran fuerza de Aquiles…
Da Vinci te hizo un retrato,
Picasso, en manto sagrado, te pintó,
y Neruda escribió los versos más tristes de esta noche…
Si tan solo fueras… ¡No! Tú eres perfecta,
no importa lo que digan,
no importa cuánto nos separen…
Te juro por lo más sagrado,
que si esta noche la estrella pierde el vuelo y la luna amanece…
un remedio gris hallaré en tus manos,
que sostendré hasta que deje de latir este amor que siento por ti…
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