VERSOS SIN NOMBRE
Versos que saben a aromas.
De la vida que palpita.
Perfumes de carne viva.
Que exhalan vibrantes órganos.
Efluvios, que desde el tálamo.
Envuelven viejas heridas.
Vapores, que el alma emite.
Cuando la vida resiste.
Los varapalos del karma.
Se alejó de las conciencias.
Que, fracturaban su calma.
Y vagó, solo, sin rumbo.
Hacía, un dudoso, mañana.
Suspirando en cada pálpito.
El sabor de cada esencia.
Con la pasión que le daban.
Las bellezas que encontraba.
Salvando sus propios hábitos.
Los amores, encontrados.
Como el humo, se diluye.
Entre brisas que acarician.
Y van quedando las huellas.
A fuego, grabadas, quedan.
Los versos viajan, sin miedo.
Entre pavorosas tretas.
Que el destino va, creando.
Para que caigas en ellas.
Amor, que invade conciencias.
Para que en su honor florezcan.
Con las ondas que desprende.
Su incomparable presencia.
Acunándose en sus halos.
De extraordinaria belleza.
No sabe el viento de amores.
Pero, acarician sus brisas.
Con la ternura, sin prisa.
Que, en el corazón, se acuestan.
Versos, que no tienen nombre.
Pues, en la nada, se crean.
Ángel L. Pérez ®
SOY LO QUE ESCRIBO Y LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME
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29/01/2025