Un deslumbrante rayo ha caído
en el invierno sin salida
dejando huella y se ha ido
junto con su eterna vida.
Rayo con alma envalentado
que pasado los años ha vivido
con su sueño inmortalizado
y junto a él un ángel ha aparecido.
Se dirá que un rayo no es un serafín
que no hay una esencia divina
y esta tierra de promesas y sin fin
ve en él, el resplandor que no adivina.