Suda la piel curtida y desgastada
de la joya que guarda en su alma inquieta,
y al querer expresarse cual poeta,
la rima, se resbala desbordada.
Le brota en su fructífera enramada,
la flor, que evapora la poesía.
Que viste lo real de fantasía
para hacernos la vida más amada.
Y desciende su musa del Parnaso
a fecundar su mente cada día
con poemas. Y a lomos de Pegaso
Orfeo le compone melodía.
Y la esencia del verso colma el vaso
de belleza, de arrojo y gallardía.