Hernán Mejía Silva

EL VIENTO FELIZ

Sueño con ese sol,

perdido en el mar,

perdidos los dos,

no existimos ninguno de los tres,

pese al sonido conjunto,

que casi nos transmuta,

dándonos cualidad de realidad.

 

Somos esos colores de estela,

tenue visión pasada,

dejada atrás,

por un tiempo que tampoco vive,

fue quimera desde su origen,

pero entre respiro y respiro;

lo hacemos real.

 

Si soy fragmento de mis sueños,

o totalidad en los de alguien más,

si soy un momento,

o una resignada eternidad,

no lo sé… ¡deconstruyendo!,

por si la muerte contumaz,

fuese más que un simple despertar,

por si me fuese extendiendo,

mientras voy quedando atrás.