A la luna le canto el amor que aguarda en mi alma, cerrando los ojos te contemplo bajo el platinado reflejo que mi ser ha dejado plasmado en mis lagrimas
Suena el estremecedor sonido del silencio, que nos regala la sinfonía de mi alma, el corazón, indiferente, se niega a mis ruegos
Cante una balada a aquella que no me ama, en la oscuridad, el verso de mi pecho es quien se apaga, como una luz, bajo la lluvia de un diciembre sin veranos
Sonó el coro del dolor que me acompaña, solemne en el tiempo, perpetuo en el alma.