Aleranra

Palabras libres y vehementes

Qué tarde tan mágica y sin desenfreno,
me tomó por sorpresa la gracia de la vida.
Hoy retumban las palabras contra los muros sólidos de la lógica.
Me absorbe el éxtasis de las palabras y sus conjugaciones.
Me deleito en la manera en que resuenan y riman,
como fluyen livianas en el espacio de la habitación.

Veo letras por doquier, saltando unas encima de las otras,
revoloteando caóticamente como las palomas del parque.
Me asaltan y me aturden, me atrapan y me marcan.
Ahora ya no son simples palabras, van dando formas.
Distintas líneas entretejiéndose entre mis pequeñas manos con sus pequeños dedos,
se escapan, ya no las controlo yo.

Me dominan eufóricamente, vociferan para que las deje libre de golpe.
Ahora me carcomen, vencen la rapidez de mis manos,
se devoraron mis pensamientos.
Ya no están, se van volando, se escapan y ya estoy exhausta, no puedo más.
No las alcanzo, se van, están en todos los lugares:
en el papel, en las paredes, en el escritorio,
en mi piel y en los plumones.

Se hicieron versos y se marcharon con los espíritus a dimensiones desconocidas.
Vienen tan rápido, son tan vehementes y tan efímeras.
Huyen de mí y solo atrapo unas cuantas.
Entonces viene la calma y el agobiante impulso se impacta.
Quedo cansada, tranquila, nuevamente me rindo al versolibrismo,
que es lo único que quizás se me da y que me encuentra en una tarde como esta,
mágica y sin desenfreno.