El ojo artificial,
se va humanizando,
en sus colores y sus lágrimas,
y hasta canta un poco.
La mirada humana,
se va resquebrajando,
en sus anhelos y sus paradigmas,
su reflejo ahora es opaco.
Se van complementado,
es cierto,
las cosas van cambiando,
pero nosotros somos solo un momento,
nos inventamos nuestros sentimientos;
nuestra ira, nuestro amor y hasta el tiempo,
y aún así, en automático, nos vamos olvidando.
Tenemos un respiro,
único y preciado,
¡Y no puede ser replicado!
a una íntima soledad pertenece,
y aunque pensarlo estremece,
es condición vital; es el último suspiro…