No es la sombra,
ni el vacío sin nombre.
Es el tiempo que inclina su frente
y pregunta en voz baja
si aún hay caminos por andar.
No es el olvido,
ni la ausencia de latidos.
Es la piel cansada del viento
rozando párpados de invierno,
susurrando adiós sin temor.
¿Qué es la vida
sino un hilo de luz en la penumbra?
Un paso, un eco, un soplo,
la danza frágil del instante
en un cielo que no pregunta por qué.
¿Qué es la muerte
sino el otro lado del río?
El borde de un horizonte íntimo,
donde el dolor descalzo
busca su última tregua.
No hay condena en la brisa
ni en el sol que se apaga en el mar.
Hay solo un pacto de miradas,
una mano que suelta
sin culpa, sin miedo, sin rencor.
Porque vivir
es hallar sentido en el absurdo,
y partir
es solo otra forma de nombrar la paz.
A.B.A. © 2025
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires – Argentina
Imagen: Muerte y Vida – 1915
Gustav Klimt
Óleo y Lienzo – Museo Leopold - A