No encuentro descanso. Voy y vengo al cielo y descanso junto al fuego en el infierno y tu siempre tardas en llegar. Por la luz de tus ojos puedo inferir el infierno interno de tu alma, ante la incertidumbre de tus letras, mi canción y tu realidad. Esa prisión existencial, que cada vez que la noche cae, se materializan esos fríos barrotes que semejan esas letras.
A veces mi alma, emprende viajes por el universo, atrapando estrellas y poniendo cada uno en una hoja, para formar una constelación de emociones y sentimientos que pueda expresar algo para ti y que descansen como yo en unas notas de canción, suave, triste, melancólico y que te dibuja bien y describe cada mirada, tu pelo y ese conato de sonrisa.
Creo que no es novedad, decirte que tu luz proyecta mi sombra y que cuando en tu alfabeto aparece una A, en mis letras parece una B. Cuando en la red aparece tu majestuosa figura de gran dama, en mi cara se dibuja una sonrisa y en mi hoja blanca virginal. caen como fruto maduro las letras que conforman el poema que aparecerá el cuarto día de la semana.
Ya sé que nunca hemos caminado juntos por tu playa, que lo hacemos cada tarde por la Riviera de un poema, con nuestras sombras al viento y la risa en nuestro andar y tus ojos, ágil como una mirada inoportuna conquistando el corazón de cada letra oculta, como un elefante en la sala, que solo logra ver el corazón, de alguien que a la distancia te necesita.
Me gusta tanto verte, cada mañana. Imaginar los pensamientos de tu mirar, las veces que cubres tu cuerpo, con tus ropas resaltando la elegancia de tu figura, sabes que me gustan tus letras, los pensamientos que guardas sin pensar. Tu forma de prohibirte pensar en mi y esa manera tan tuya de evadir mis letras en las tuyas. Pero que cada día hablan de mi.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO