Voy hacerte caricias que aun no se han inventado,
A inventar una letra del abecedario,
A cantarte una canción que aun no se ha cantado,
Y sobretodo a pintarte una sonrisa a diario.
Compartiré una gota de lluvia de verano,
Desde una lágrima hasta una carcajada,
Desde un suspiro hasta la melodía de un piano,
Desde mi vida misma hasta una simple mirada.
Porque eres como los rayos del imponente sol,
Como los pétalos y el perfume de una flor,
Más seductora y más hermosa que el girasol.
Eres, sí eres, como el canto del Ruiseñor,
Que en el jardín de mi alma se posa en cada rama,
Y quien escribe este soneto, es el quien te ama.