Y es entonces cuando nos envolvemos en ese juego de placer
Donde nuestros cuerpos sudorosos y palpitantes se rozan con lujuria y desdén
La sangre corre más rápido, la mente piensa poco o nada, y nuestros más oscuros deseos salen a flor de piel,
Entonces mis manos recorren suavemente cada espacio de tus curvas llega a esos lugares que los castos y puros arderian en este infierno de carnalidad al pensar,
todo lo que es imposible evitar
Te recorro con besos, con mis labios y tu también lo haces sin cesar
En este frenesí nos estasiamos y penetramos las líneas que no debiamos cruzar, apenas nos conocimos y no necesitamos del permiso celestial para unir dos mundos de pecado en el acto sexual