Si mi silencio te genera sorpresa,
y mi indiferencia te causa sospechas,
muchas preguntas rondarán en tu cabeza,
y, resignada, seré sincera.
Aunaré esfuerzos para que comprendas
que la costumbre se apoderó de nuestras vidas
y, en compañía de la rutina,
nos distanciamos sin darnos cuenta.
Aunque quieras fingir y negar verdades,
ya mi corazón ignora tu presencia.
Lo digo con entereza:
nuestro amor se ha marchado,
y nuestra historia ahora es parte del pasado.
Laura Meyer